
Para ello, hay que tener en cuenta los diferentes productos para su aislación o barrera hidrófuga. Pueden ser nylon de 200 micrones, brea, fieltro asfáltico o bien, una placa de terciado fenólico con alto poder de resistencia.
Previo a la colocación, se debe enmantelar el piso, dando una impregnación con prymer, para su respectivo sellado. Esto, permitirá eliminar toda porosidad y dejará que el producto obtenga una perfecta adherencia.
¿Y qué pasa con el mosaico? El proceso es el mismo, aunque es recomendable contratar a un pulidor, para eliminar el alisado y que el mismo quede poroso.
Las uniones entre fajas deben solaparse a diez centímetros y pegarse con cinta impermeable. Sobre el film o nylon, se debe extender una capa de cal y, sobre ella, un empastado con un mínimo de agua.
Continuando con estas proporciones, se necesitarán seis baldes de arena, seis de escombro molido fino, dos bolsas de cal (tamaño grande) y un balde de cemento. El espesor final del contrapiso será de aproximadamente 12 centímetros.
Los caños de calefacción deben colocarse a la mayor profundidad posible, con una perfecta aislación térmica. ¡Un dato para no pasar por alto!

Usted debe tomarse el tiempo necesario para pensar y elegir el mejor y más adecuado tipo de madera para sus pisos, ya que la diversidad de elecciones es realmente enorme. Infórmese, solicite cotizaciones a empresas serias, pida consejos a instaladores. Antes de realizar la compra, exija una garantía de acabado del producto. Piense que la elección que usted haga cambiará totalmente su vida y la de los suyos, ya que hará de su casa un hogar más confortable, cálido y duradero.
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